- Trastornos articulatorios o de pronunciación: Los trastornos articulatorios, antiguamente llamados dislalias, suelen ser muy frecuentes en la evolución de todos los niños. Sin embargo, existen algunos indicativos que nos pueden llamar la atención y pensar en iniciar un tratamiento de estimulación, por ejemplo, un niño que no pronuncia el fonema /k/ a los 2 años ó 2 años y medio puede despertar la alarma porque no es lo normal. O una escasa inteligibilidad de su palabra comparándolo con sus coetáneos. El fonema /r/ o el /s/ suelen ser los últimos fonemas en adquirir: a veces, no aparecen hasta los 5 años ó 5 años y medio. Es muy frecuente, que un niño que de forma espontánea no adquiera los fonemas como sus compañeros, suele tener problemas de organización funcional a nivel neurológico, como la dispraxia oral. Es muy importante no demorar el tratamiento en esos casos. El uso de la estimulación propioceptiva mediante el bombardeo sensitivo y el “Chuch-Impact” es muy efectivo.
- Fisuras del velo del paladar: La actividad Foniátrica-Logopédica en el campo de las fisuras velopalatinas es siempre en colaboración con el cirujano maxilofacial. El objetivo es intentar conseguir la funcionalidad de todo el tejido operado para lograr una normofunción. Los resultados son siempre a largo plazo y requieren un trabajo sistemático, pero, en general, los resultados son muy satisfactorios.
- Otras disglosias: La existencia de patología en los labios, en la lengua, en la mandíbula… hace que se originen trastornos articulatorios. Con un buen diagnóstico y un buen trabajo en equipo (maxilofacial, otorrino…) se consiguen unos magníficos resultados.
- Disritmia o trastornos de la fluidez (coordinación motora) o tartamudez: Muchas personas siguen pensando que la tartamudez es producida por un desajuste personal- psicológico. Sin embargo, la ciencia nos dice que existe una desorganización de la información en los núcleos de la base, a nivel cerebral que suele reducir los pasos de confluencia de información (el equivalente en el tráfico a rotondas más pequeñas de lo normal). Eso ocasiona que si llega mucha información, o a gran velocidad, o al unísono, la información se bloquea. Cuando se hace un tratamiento temprano, antes de los 7 años, los resultados suelen ser buenos, incluso óptimos; entre los 7 y los 14, el resultado es costoso en tiempo y en esfuerzo; por encima de los 14 años los resultados son difíciles y dependen mucho del trabajo del propio individuo. Así todo, la tartamudez bien tratada siempre mejora aunque lleve tiempo su corrección. El uso del Método del Balancín, desarrollado e investigado en nuestro Centro, ha ayudado a muchos de nuestros pacientes.
- Disartrias: Una disartria siempre es indicativa de una lesión neurológica. El trabajo conjunto con el neurólogo va a hacer que se intente buscar una mejor utilización de un sistema neurológico afectado. Los resultados en las disartrias son lentos y pesados, pero se suelen obtener ciertas mejorías cuando se compagina el Bombardeo Sensitivo con el Movimiento Contraresistencia (Feed- Back Motor).